Soñar con Bancarrota

Soñar con la bancarrota significa simulación y trampa envuelta de satisfacción, festividad y danza. Una bancarrota en su sueño insinúa que su vida de trabajo y familiar se verá llena de cosas ocultas y falsas pero de apariencia feliz, tranquila, descuidada y con mucha fantasía. Soñando con una bancarrota se augura la llegada de un asunto complicado que no entenderá al principio pero que resolverá posteriormente. Si sueña con una bancarrota deberá esperar de una persona desconocida una actitud extraña y traicionera pero que debe investigar y rectificar a toda costa.

Usualmente, el sueño con una bancarrota podría significar también que debe comenzar a proteger sus posesiones de cualquier tipo de transacción del banco como hipotecas. Se aconseja que su familia y su persona deberán asumir una cultura de ahorro para evitar consecuencias negativas con sus gastos.

Soñar con la bancarrota nuestra o de otra persona significa que en poco tiempo seremos afectados por problemas mentales progresivos e irreversibles. Si soñamos que caemos en bancarrota de forma sorpresiva advierte que debemos concluir lo antes posible varios negocios o asuntos que están pendientes o inconclusos; y aconseja que, cuando todo esté en orden, nos alejemos por un tiempo de las preocupaciones y los conflictos laborales o profesionales. Si en el sueño alguien nos informa que estamos en bancarrota expresa que debemos estar atentos a los acontecimientos porque podemos ser afectados por imprevistos que desestabilizarán nuestra situación económica. Si en los sueños vemos un cartel donde se anuncia nuestra bancarrota puede sugerir que ha terminado una etapa difícil e injusta en nuestras vidas; o que un amigo nos ayudará a saldar las deudas que tenemos. Si soñamos que alguien está en bancarrota insinúa que una persona cercana va a verse en una situación económica delicada y tendremos que acudir en su ayuda. Si en el sueño vemos que nos declaran en bancarrota y sentimos una sensación de alivio o de dicha significa que en la vida real hemos solucionado un grave problema o una situación complicada que nos parecía imposible de resolver, o que se nos presentarán nuevas oportunidades que nos harán llevar adelante con rapidez los asuntos que estamos manejando.